Implementación de Buenas Prácticas en Tambo. Reflexiones sobre la metodología de medición de su impacto económico

Abstract

En las últimas décadas se han producido diversos cambios que han impactado, entre otras cosas, en la forma en la que se produ cen los alimentos. El crecimiento del consumo, la ampliación de los mercados a escala mundial, el surgimiento de consumidores cada vez más preocupados por el origen y composición de los alimentos, entre otros factores, han provocado un aumento en las exigencias fitosanitarias y de inocuidad para la producción agrícola. Frente a este desafío, surge la necesidad de obtener productos de calidad a costos competitivos (Izquierdo y Rodríguez Fazzone, 2006). En los establecimientos lecheros se produce la materia prima que dará origen, luego de procesada, a una gran cantidad de alimen tos. Estos deben ser productos de calidad e inocuos para el consumo humano. A su vez, deben provenir de rodeos sanos y de establecimientos que contemplen estos aspectos, a fin de poder cumplir con el desafío de producir materia prima de calidad apta para el consumo humano. Desde hace algunos años distintos actores de la cadena de producción como ser la industria alimentaria, organizaciones de productores, ONG y los mismos gobiernos vienen trabajando en conjunto con el objeto de generar pautas sobre Buenas Prácticas Agrícolas. Estas son “prácticas orientadas a la sostenibilidad ambiental, económica y social para los procesos productivos de la explotación agrícola que garantizan la calidad e inocuidad de los alimentos y de los productos no alimenticios” (FAO, 2003). Estas premisas se aplican a toda la producción de alimentos. En lo que respecta a los establecimientos productores de leche, estas buenas prácticas involucran la planificación y realización de una serie de actividades que tienen como objetivo contribuir al cumplimiento de los requisitos mínimos para producir leche apta para el consumo humano. Entre estos requisitos básicos se encuentran el contar con instalaciones adecuadas para el ordeño, la capacitación y la motivación del personal encargado de las labores de producción de leche, los materiales de trabajo, los animales con capacidad productora de leche y el pago de la leche de acuerdo a su calidad e higiene.